martes, 14 de abril de 2015

Un recuerdo de Solferino: El Comité Internacional de la Cruz Roja.


Puede que muchos de vosotros sepáis quién era Henry Dunant; pero para la mayoría de nuestro grupo era un nombre completamente desconocido. Pocos imaginaban que este aristócrata suizo del siglo XIX abandonó su acomodada vida y sus prósperos negocios para organizar, gestionar y crear la Organización Humanitaria más potente de nuestro tiempo: La Cruz Roja. La idea no surgió de manera espontánea sino que la casualidad quiso que Dunant contemplara con sus propios ojos los desastres de la Batalla de Solferino que dejó en 1859 casi 50 mil víctimas entre muertos, mutilados y heridos. Ante aquella impactante imaginen, sólo pudo hacer una cosa: organizar a la población civil para prestar socorro a todas aquellas personas, independientemente del bando al que pertenecieran: Tutti Fratelli, pues todos somos hermanos. Esta conmovedora historia podemos leerla en las memorias de Dunant sobre este suceso, recogidas bajo el título "Un recuerdo de Solferino". Desde entonces y hasta hoy, el mundo se beneficia de la gran ayuda que presta la Cruz Roja a las víctimas, antes (en modo preventivo) durante y después del conflicto armado o desasatre natural. 


Según este esquema, hemos visitado esta tarde el Museo del Comité Internacional de la Cruz Roja, siguiendo la estructura del mismo, dividida en los módulos: "Reducir los riesgos naturales", "Defender la dignidad humana" y "Reestablecer el lazo familiar" y; que como sus nombres indican, se refieren al antes, durante y después de la catástrofe. En esta ocación, como el año pasado, Gabriela (una antigua alumna salesiana que nos ha tratado fenomenal) nos ha acompañando durante todo el recorrido. ¿Con qué nos quedamos? Con los testimonios de las víctimas, con las fotos de los niños perdidos tras los conflictos de los Grandes Lagos, con las madres yugoslavas que buscaban a sus familiares durente la Guerra de los Balcanes, con los rostros de los refugiados de guerra o con los archivos de los prosioneros de la I Guerra Mundial. Pero no sólo podemos ser pesimistas. Hemos podido salir con una sonrisa en la cara despuésde haber ayudadao (a través de un juego virtual) a los 120 habitantes de una isla asolada por un Tsunami, tras conocer que Radio Caracol pone en contacto a los secuestrados por las FARC en Colombia con sus familias y tras ver la gran cantidad de regalos que los antiguos beneficiarios de la ayuda de la organización envían a los colaboradores que los socorrieron en los tiempos más oscuros.

A las 17:30 ya estábamos libres para poder ir a comprar los últimos regalitos y elegir la cena, pues para hoy teníamos planeado un pic-nic en la sala común del hotel para ver el partido de fútbol. ¡¡0-0!! Y yo me alegro proque si llega a ganar algún equipo, no sé qué habría pasado... ¡¡Os dejamos las fotos de estos momentos también!!

Nos despedimos ya hasta mañana, porque en menos de 12 horas ponemos rumbo a casa.

¡Muchos besos y buenas noches!



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